Por segundo año consecutivo, la banda celebró el Día del Trabajador en Niceto. Desde la zamba hasta el pogo, pasando por la voz de todos los integrantes y un público que se asume parte de la propuesta, Fonso y las Paritarias consolidan un proyecto musical que interpela con sensibilidad y sentido colectivo. Con su nuevo disco bajo el brazo y la promesa de volver cada 1° de mayo, empiezan a delinear algo más grande que un recital: una liturgia popular en la escena independiente.

Hay proyectos musicales que se forjan en la soledad, en la introspección de una guitarra que suena en un cuarto cerrado. Pero hay otros que abren la puerta. Que desde el deseo individual llaman al encuentro. Así nació Fonso y las Paritarias: en 2020 como una intuición, en 2022 como una afirmación colectiva. Y ya no hubo vuelta atrás.
De esa apertura vital de Lucas Difonzo –voz, guitarra y voluntad de invitar al otro– brotó una banda que se sabe parte de algo más grande que sí misma. Un grupo que canta y toca pero también escucha y discute. Porque en Fonso y las Paritarias no hay centro único: todos y todas tienen micrófono, todos cantan. Desde la bajista Elena Radiciotti, cuyas voces contrastan y se funden con la de Fonso, hasta el percusionista Octavio Majul, que en vivo arma trenes humanos como si fueran himnos de recreo obrero.
En su segundo trabajo discográfico, homónimo, lanzado en 2025, la banda afila su gesto más popular. Sin perder el hilo del rock nacional que los define, expanden el horizonte sonoro hacia otros paisajes: una zamba que irrumpe como memoria colectiva; el saxo de Andy Sep en “Sabias Palabras” y “Parlante Naranja” que colorea con melancolía; el violín de Amparo Yugot en “Larry”, aportando un lirismo preciso y doliente. Las colaboraciones reafirman este tejido colectivo: Ramiro Sagasti en “Boluvar” y el Mono de Kapanga en “Malandra” le suman identidad a un álbum que parece querer abrazar todas las Argentinas posibles.
Compuesto en Hudson entre mates y frases heredadas de amigos, familia y libros, el álbum fue grabado en Romaphonic en tres jornadas de agosto, pero también contó con otras grabaciones en diversos estudios del Área Metropolitana de Buenos Aires. Santiago De Simone se encargó de la mezcla y el mastering, y el respaldo del sello Indie Folks permitió que el disco vea la luz.
Las canciones dicen. En Fonso y las Paritarias se respira una reflexión honesta sobre la precarización y el lugar que ocupan —o que les niegan— a quienes trabajan en la música. El álbum nació en un contexto político ineludible para la banda qie se piensa y se asume como parte de la clase trabajadora, y desde ahí su mensaje con impronta nacionalista se vuelve universal, tal y como lo simboliza el Día Internacional de los Trabajadores.

En vivo
Hay fechas que se repiten por costumbre, y otras que naturalmente ocupan su lugar. Fonso y las Paritarias tocaron por segundo año consecutivo un 1° de mayo en Niceto y adelantaron que el ritual seguirá en 2026. ¿Cómo se hacen las tradiciones? Repitiendo lo que genera sentido. Esa noche, el show comenzó puntual pero la ansiedad ya se había instalado desde temprano. En la previa se hablaba de la situación política y económica del país, pero también se vivían escenas íntimas: una cita que arranca con histeriqueo, un reencuentro con un viejo amor.
Desde abajo, el show fue pura fiesta. Desde arriba, precisión, entrega y sudor.La postal completa muestra un Niceto llenísimo, incluye los palcos desde donde la prensa e invitados especiales pudieron disfrutar del show, aunque perdiéndose del momento más divertido marcado por el Mono de Kapanga cuando bajó a la pista a bailar con el público. Lo acompañó Octavio Majul y el intento de trencito se convirtió en pogo.
En su mejor versión, la banda es chispa política, rito musical, abrazo de pueblo. Saben encender una sala, saben decir lo justo con frases que incomodan. A veces se pierden en densidades que podrían esquivar, o en cierto lirismo que amenaza con repetirse. Pero incluso esas imperfecciones parecen necesarias: son parte de una búsqueda sincera, abierta, que no teme mostrar lo que aún está en construcción.
Fonso y las Paritarias tienen eso que solo algunas bandas logran: una identidad sólida. No se disfrazan de lo que no son. Se autodefinen como trabajadores de la música y actúan en consecuencia, construyendo algo más que un repertorio. En un país popular por sus pasiones, forjando un ritual que se repite, crece y se impregna de lo colectivo, cada 1° de mayo en Niceto buscan hacer tradición.