La artista que inició su carrera con un boombap hoy explora estilos diversos como el drum and bass, kpop, garage y el tech house. Su versatilidad musical también se plasma en otras disciplinas como el diseño gráfico y la fotografía. Por Florencia Sosa

Ariadna Rosso Chabaneau “Arya” es una artista musical de 24 años nacida en Uruguay pero radicada en Argentina. Su nombre artístico surgió durante su infancia en su estadía en Italia, ya que en la escuela sus compañeros le decían “Arya”, que significa aire. Se define así misma como “una piba muy positiva, siempre sonriendo, tierna pero al mismo tiempo muy sensual”.
Arya creció en un contexto familiar donde el arte era la forma natural de expresión, lo que le permitió iniciar su búsqueda por el autoconocimiento. Es por eso que en lugar de escapar o esconder sus emociones, la artista las plasma en diversas disciplinas: la música, la pintura, el diseño digital y la fotografía. Para ella un artista es una persona que es autosuficiente, que se puede hacer cargo de su puesta en escena y que está completamente involucrada con su arte.
Al igual que su madre, de nacionalidad argentina, cree que este es un país ideal para vivir. “No hubiese podido hacer música si no estuviese en Buenos Aires en este momento, siento que si hubiese estado en Italia no estaría haciendo esto”, cuenta la artista. En esta entrevista conversamos en profundidad sobre su carrera musical en ascenso.
– ¿Cómo construiste tu personaje en la música?
– Cuando arranqué mi primer productor me decía: ¿cómo va a ser tu personaje? y yo le decía: “¿qué personaje? Hoy en día entiendo más, hay personajes que no van acorde a esa persona, y hay personajes que van al pie de la letra de lo que vos sos como persona. Yo estoy todavía en búsqueda de ese personaje, pero no quiero que sea volado o extravagante ,exagerado y rebuscado, así que intento que mi personaje sea poder mostrarme transparente. Se basa mucho en la estética, cuando hablamos de redes sociales, y ahí me encuentro yo con una estética medio alternativa y abstracta. En lo racional me cuesta mucho pensar las cosas, por ejemplo, si para llegar a esta persona tengo que vestirme más así o para hacer este género por ahí tengo que ir más para este lado, yo lo pienso y lo expreso más desde los colores.
– ¿En qué sentido sos abstracta?
– En el sentido en que en mi personaje no está tan construida una forma de ser o una letra. Porque en mis letras siempre intento ir por metáforas todo lo que puedo, porque nunca encuentro las palabras justas y específicas para poder expresar lo que quiero, porque mi manera de pensar es full sentir, es decir, lo siento tanto que después me cuesta el triple ponerlo en palabras. Por eso mis canciones siempre parte de una melodía *canta una melodía*, pero nunca es desde una letra.
– A la hora de componer te basás más en una melodía que te nace…
– Sí, y después sumo una letra a partir de la intensidad que le doy, porque a veces es una melo muy ahogada despacita y eso es porque me siento un poco afligida, para adentro. Y hay otras melos que son como mucho más abiertas y fuertes en intensidad, yo siento que ahí mis letras tienen que ser fuertes.
– La música es un lenguaje que habla por sí mismo, está tu interpretación y la que le pueden dar quienes te escuchan…
– A mi me encantaría que mis canciones sean representativas para todos y por eso me esmero mucho en no encerrarme tanto en la frase y siempre intentar ser lo más metafórica posible. Si vos vas por una metáfora como la poesía que es más abstracta uno puede sacar de eso algo que le pasa, propio, no te encerras tanto en la frase. En vez de decir «la luna es roja», decís «la luna tiene un tinte» y la gente se imagina cómo puede ser ese tinte. En mis canciones trato de que no sea tan tajante todo. Me encantaría poder hacer todo un álbum entero solo de armonías, el otro día le decía a mi productor: «ay no me sale una palabra, cómo me gustaría que sea solo a partir de vibraciones, solo tarareos y melodías y que la gente igual sienta y que puedan ellos transferirlo hacia un concepto».
– Estuve viendo la tipografía que usaste para las portadas de las últimas canciones, ¿vos trabajás el diseño?
– Sí, el diseño de todas mis canciones los hago yo. Estuve estudiando por mi propia cuenta animación 3D blender. Estudié un año en FADU la carrera de Diseño, Imagen y Sonido, y ahí estuve practicando un poco fotografía y video, entonces los primeros dos videos los edité yo en su totalidad. Y siempre me gusta estar muy involucrada en toda la parte artística de lo que yo saco: letras y portadas.
– Tu propuesta artística es más amplia que la música, entiendo que en tu proyecto la imagen y el sonido van de la mano…
– Sí, respecto a lo artístico, desde chica siempre me dediqué. Mi abuela era productora en Argentina en los 60′, su nombre artístico era Melina De Capri. Ella tuvo la oportunidad de ir al programa de Mirtha Legrand una vez, le estaba yendo muy bien, tuvo un montón de notas y de premios, tenía una carrera muy consolidada y por una decisión de amor tonta se fue del país y su carrera se fue para abajo. Cuando yo nací, toda mi familia era música, entonces cuando tenía 3 años y ya podía hablar mi abuela me grababa y me hacía cantar «La paloma blanca», me hacía flashar freestyle, me ponía una pista en loop y yo cantaba. Tengo todavía esas grabaciones. Me cuentan que mi abuela decía: «esta chica tiene ritmo», y era para ella un orgullo. Ella me incentivó en esto de ser artista y a medida que fui creciendo siempre lo tuve muy instalado.
– En tu familia eran músicos, ¿tocaban instrumentos?
– Producían, tocaban instrumentos y cantaban. Tocar instrumentos siempre intenté pero nunca me terminé de profesionalizar ni en la guitarra ni en el piano, es algo que hoy recién estoy arrancando a aprender con mi MIDI. Pero en lo teórico nunca estudié música, siempre nació del corazón, o como lo quieras decir. Siempre era esta necesidad de hacerlo, no importa si lo estudio o no lo estudio, a mi me sale y yo le voy a dar uso igual, sepa o no, lo que es DO o lo que es RE.
– Imagino que hubo un momento en que pensaste: «esto que es un juego, puede ser una profesión», ¿en qué momento fue?
-Fue en cuarentena, me quedé sin trabajo, vivía con mi vieja, obviamente tenía 19 años, yo siempre con muchas ganas de independizarme. Quedarme sin trabajo y no tener mi plata era una depresión constante, entonces empecé a ocupar más mi tiempo en tirar freestyle, rapear, yo era más del lado poesía freestyle. Después empecé a animarme a hacer más el modelo canción, con el celular y una pista de Youtube. Y cuando mi vieja me vio tan metida en eso, me dijo: «che, pero vos querés hacer esto en serio?». Y yo le dije: «sí, la verdad que sí». Y me regalaron mi home studio, un micrófono, un pie para el escritorio y me instalaron Ableton Live, en ese momento la pareja de mi mamá era músico y me enseñó lo básico, y yo a partir de ahí fui buscando tutoriales en Youtube y me fui maqueteando.
– Qué bien que manejes Ableton…
– Sí, todo lo que es la preproducción de maquetear melodías intento hacerlo yo, obviamente me pasan los beats, pero siempre intento involucrarme de alguna u otra forma. Las melodías y letras siempre son mías, pero en eso de cranear los beats y hacer una canción que suene bien todavía estoy en proceso. Hace poquito subí un reel de mi primera canción muy cortita, que me animé a subirlo, porque siento que eso es exponerse un montón y a mi me cuesta. Pero la idea es poder algún día sacar un proyecto entero hecho todo solo por mi.
– ¿Cuál fue tu primer tema?
– Mi primer tema fue «Bajo Amenaza» y lo hice con el MH TresUno, a él lo tenía en Instagram, pero era conocido de un muy amigo mío y vi que él tenía su estudio en la Villa 31 y yo pensé qué persona que tengo más cerca me puede ayudar a sacar una canción, y era el. Su beatmaker de ese momento me hizo el beat con lo que yo había sacado de Youtube. «Bajo Amenaza» es un boom bap melódico, yo quería rap pero terminó siendo melódico porque cantar se me termina dando siempre. Le agradezco al MH porque ese día también me dio un montón de tips. Siento que tuve mucha suerte de conectar con la gente justa y necesaria. Cuando hice mi primer tema yo estaba muy mal, me iba a ir a vivir sola, me había separado. Y pensé ¿qué hago de mi vida ahora? Salió mi primer tema y decidí tomármelo en serio y es la primera actividad que no dejé. Siempre dejaba todo. Danza- árabe, la dejé. Tela, la dejé. Boxeo, lo dejé.
– Estuve escuchando la canción que lleva tu nombre “Arya”, es muy pegadiza, eso está muy bien, ¿te lo propusiste?
– El tema de Arya es mi nuevo ciclo, porque a partir de este tema van a salir temas muy distintos a los que estaba sacando en cuanto a géneros. Obviamente mis letras siempre van a ser emocionales, siento que soy una persona super enamoradiza y que vive todo a partir del dolor, canciones felices no me han nacido todavía y canciones hablando de algo no tan intangible como las emociones tampoco me salió aún. Siempre van a ser canciones dedicadas a una historia de amor, de amistad, a las relaciones. Arya es un tema más jungle, el tema anterior era un tech house, y ahora voy a empezar a sacar drum and bass, garage con sonidos más contundentes. Siento que eso re va con mi personalidad porque la letra es re soft, amorosa, pero el beat te taladra, me siento identificada con eso. Soy una persona amorosa pero muy dura en otros aspectos y me gusta que eso se refleje en mis canciones. Estoy super contenta por todo lo que se viene.
-¿Qué artistas escuchas y te inspiran?
– Sobre lo sonoro siempre busco algún tipo de inspiración y veo qué puede pegar conmigo, soy una artista nueva. Esto de ser artista es autoconocimiento full, ser consciente de lo que uno es y lo que quiere transmitir y decir, y yo estoy en esa búsqueda todavía y me re ayuda escuchar artistas que ya están armados y masomenos ver cuáles son mis opciones o mi abanico de oportunidades para ver qué puedo hacer y dónde me siento cómoda. En “Arya” me ayudaron como productores Jero Ferrari y Andrés Falchetti (Azulenrosa). Cuando escuché a PinkPantheress, dije «wow, se puede tener la voz bajita, cantar suavecito». Pero se puede hacer algo más movido, bailantero y no tiene que ser todo tan triste. Me gusta el kpop desde muy chiquita, a los 12 años empecé a escuchar Girls Generation, a mi me encantaba, me aprendía los temas y las coreos. El kpop siempre estuvo cerca en mis escuchas y ahora lo estoy retomando, también hay una chica que se llama ViVi, me gusta el sonido de allá.
-Acá también hay personas que tienen ganas de escuchar esa música en español, ¿te gustaría que tu música represente esos estilos acá en Argentina?
– Yo trato de agarrar un poquito de todo, un poquito de Kpop, un poquito de drum and bass, un poquito de trap y hacer mi propio mix. Quiero que mi música sea un gran collage, que suene lindo.
– También la idea es que la gente cuando te escuche piense: “esto suena muy Arya”…
– Me encantaría, estoy muerta de hambre de tener algo mío propio y original. Están los géneros, pero a mi me gustaría moverme a través de los subgéneros, recaer en lo alternativo siempre que se pueda, es lo que intento con mi música.
– ¿Cómo es un día tuyo?
– Un día mío es despertarme, ir a trabajar, ganarme el pan de cada día y organizarme económicamente. Sacar una canción que suene bien es preguntarle al chico que me hace el master: ¿cuánto necesitás para que salga bien? Eso es lo que más me preocupa, trabajar con gente que se sienta cómoda porque entiendo que también viven de esto. En mi casa todos los días intento hacer una maqueta, aunque no tenga letra pero sí melodía.
– El camino de la carrera musical es difícil en términos monetarios, de ganancias, los primeros años a veces es más lo que invertís que lo que ganás. ¿Cómo se sustenta la economía de un artista?
– Tengo trabajos paralelos, todavía no gano plata con lo que hago, es una meta y un objetivo, pero también entiendo que en el proceso es importante tener un trabajo aparte para no empezar a odiar lo que hacés. Porque siento que si arrancás full time con tu música y empezás a querer sacarle trabajo y plata a eso, se deteriora el deseo y lo que querés hacer. Intento trabajar de otra cosa para invertir y seguir creciendo, y el día que me pueda autosustentar con la música será puro disfrute.
-¿Qué proyectás para el futuro?
– Tengo metas cercanas, a corto plazo y realizables. Me gustaría tener un formato armado para tocar en vivo, poder empezar a presentarme artísticamente. Armar un show y presentarlo en un festival. Poder ir llegando de a poquito a más personas. Tengo ganas de seguir perfeccionándome.