SANTIAGO SPOSTO: «Que la información sea más accesible para todo el mundo haría una industria musical mucho más justa»

Tras estudiar producción musical y ganar una beca en la Sociedad de Autores y Compositores, el compositor quilmeño radicado en México ha trabajado en los géneros pop, folk y rock con artistas como MARLLA, con quien fue parte del soundtrack de la película «Todas Menos Tú» con la canción «Roto»

Foto: gentileza Santiago Sposto.

El compositor argentino de 34 años ha logrado destacarse en la industria musical, combinando su talento como productor para artistas con su experiencia en la creación de música para publicidad. Desde sus inicios en 2015 en Buenos Aires, donde dio clases de canto y música, hasta su mudanza a México en 2019, su carrera ha sido un reflejo de su dedicación y pasión por la música. 

Ha trabajado con artistas como MARLLA, quien el pasado 13 de marzo lanzó su álbum «Antes que la vida pase», en el que Santiago participó como compositor de las canciones “Yo no sé querer menos” y “Quién te dijo”. Entre sus proyectos más recientes se encuentran el trabajo con Luna Rubio, una cantautora originaria de La Paz, Baja California Sur, con quien está finalizando un EP de cinco canciones en el género Pop Alternativo. También ha trabajado con BEGOÑA, una talentosa cantautora de León, Guanajuato, a quien le produjo su último sencillo «Las Canciones que no Escucharás»,

Desde su estudio en Ciudad de México, sigue produciendo y componiendo para artistas de renombre, mientras continúa ampliando su presencia en la industria musical. En esta entrevista repasamos su historia y conversamos sobre su presente.

Foto: gentileza Santiago Sposto.

– ¿Cómo fuiste construyendo tu camino en la industria de la música?

– El momento crítico en el que recuerdo que algo hizo «clic» fue cuando tenía 18 años y estaba leyendo un diario en Argentina. Leí un artículo sobre Claudia Brant, una compositora argentina muy famosa que vive en Los Ángeles, y el titular decía algo así como: «La Argentina que triunfa en Los Ángeles componiendo canciones». Empecé a investigar sobre ella y me obsesioné con la idea del compositor, esa persona que no es públicamente famosa, pero que escribe canciones para gente de la industria. Ella había hecho canciones para toda la industria latina. Yo ya estudiaba música y canto, pero cuando leí esto fue transformador. Entendí que existían personas que hacían canciones pero no estaban en el escenario, ni salían de gira, y me pareció fantástico ese rol. Ahí empecé a perseguirlo.

Después estudié producción musical en la Escuela de Música Contemporánea (EMC) de Argentina, porque rápidamente entendí que ese rol se complementa mucho con la composición, van de la mano. Sentía que ser productor y darle forma y vida a las canciones que yo creaba era algo fundamental para mi desarrollo profesional. Si en ese momento hubiera visto un camino solo para hacer canciones, tal vez lo habría tomado, pero estoy agradecido por haber decidido estudiar producción, porque me parecen dos carreras súper complementarias, y hoy el productor compone, produce, mezcla, graba y a veces hasta masteriza.

A la par de estudiar producción y de querer ser compositor, también tuve algunos años un proyecto propio como cantautor, donde saqué mis propias canciones. Haber estado en ese lugar me sirvió muchísimo, me dio otras herramientas para comunicarme con los artistas con los que trabajo.

– ¿Cómo definís tu trabajo?

– En condiciones ideales, a mí me gusta trabajar las composiciones con el/la artista en las canciones que necesite ayuda, o incluso empezar una canción de cero y producirla; y que la mezcla y el mastering los pueda trabajar con otra persona. A veces eso se puede cumplir, otras no. Hoy los productores tenemos que manejar, aunque sea de manera general, todos los aspectos de la producción. Hay situaciones del día a día que exigen que los sepamos manejar. Pero también siento que otro par de oídos siempre le viene bien a la escucha general de todo, al balance de la mezcla; en todo sentido, es súper positivo que aporte otra persona. Entonces, en la producción y en la composición es donde me encuentro más cómodo trabajando. A mí me pasa mucho que si estoy mezclando una canción cuya melodía también hice, siento como si mi cerebro se dividiera en varias partes, pensando si no puedo corregir algo de la melodía cuando la canción ya está en la etapa de mezcla. Por eso creo que es sano que haya límites.

– Además de tu trabajo con artistas, te dedicás a la realización de música para publicidad. ¿Cómo es la dinámica en ese rubro?

– Cuando todavía vivía en Argentina, empecé a trabajar en postproducción de audio para publicidad. Es decir, grababa la locución; muchas veces la música me la mandaban y lo que tenía que hacer era la mezcla para TV. Luego, ya viviendo en México, empecé a trabajar para Estados Unidos, México y Argentina componiendo bandas sonoras para publicidad. Es todo mucho más rápido; es un mundo más corporativo para los que estamos acostumbrados a trabajar con artistas. Es una industria muy desafiante y que puede ser muy bien remunerada. Los tiempos son mucho más rápidos, no da el tiempo para contratar a alguien para mezclar, no hay posibilidad de eso. Generalmente, te escriben para pedirte música que debes componer en menos de 24 horas; se entrega en el día o, si tenés suerte, te dan 72 horas para entregar el proyecto. Entonces, no da el tiempo para el nivel de revisión que hay, porque puede pasar que entregues y te digan que está bien, pero que le bajes medio dB (decibeles) a la voz. Si tenés que buscar a alguien para hacer eso por vos, podés perder el proyecto. Es una industria que te vuelve muy versátil porque te obliga a trabajar en todo el espectro de la producción musical. Por lo general, te llegan proyectos de estilos que normalmente un artista no vendría a pedirte, y eso está buenísimo porque te enriquece.

– Hiciste una canción para una película, ¿cómo fue esa experiencia?

– MARLLA es una artista que conocí en una beca de la Sociedad de Autores y Compositores de México, que es el equivalente a SADAIC en Argentina. Esta sociedad tiene un taller anual donde se reciben más de 3 mil postulaciones, de las cuales eligen a 90 personas a nivel nacional, que estudian durante un año un Diplomado en Composición. La directora del Diplomado es Mónica Vélez, una compositora famosa ganadora de dos Latin Grammys. En ese contexto conocí muchos artistas, entre ellos MARLLA, con quien generé una conexión musical muy linda. Ella estaba comenzando su proyecto, y una de sus primeras canciones, «Roto», fue producida por Andrés Chano, productor muy reconocido en México por su trabajo con artistas de la talla como la banda Reik. Andrés estaba encargado de componer la música para la película «Todas Menos Tú», y a MARLLA le pidieron que enviara canciones para elegir con el objetivo que sean parte de la banda sonora. Dentro de los envíos, el director de la película eligió la canción que hicimos con MARLLA.

Para mí fue increíble, porque el día que se estrenó, fui al cine a verla, y escuchar en el cine una canción en la que trabajamos fue impresionante, está en una de las escenas finales.

– Estás viviendo con tu esposa en México hace 6 años, ¿cómo fue el proceso de irte a vivir allá?

– Nos pusimos en pareja en 2017 y habíamos hablado de que nos gustaría hacer una experiencia afuera. Siempre había tenido a México en la mira porque sabía lo que México representaba para la industria de la música latina. Casi dos años después, se dio que la empresa donde trabajaba mi pareja tenía la oportunidad de trasladarla a México, y entonces pudimos mudarnos. Fue bastante duro, pero ayuda mucho que somos los dos quilmeños y compartimos la misma cultura; de hecho, mis amigos me cargan porque no se me fue el acento.

Nosotros llegamos en 2019 y, justo, nos agarró la pandemia. Un tiempo estuve trabajando en otros rubros hasta que me acomodé. Después vivimos en Monterrey un año y medio, también por su trabajo. Una vez que gané la beca en 2021 y volvimos a Ciudad de México pude conocer a 90 personas, casi todas mexicanas, haciendo exactamente lo mismo que yo, buscando sesiones y canciones, ahí fue cuando mi vida cambió, porque armé mi comunidad para trabajar acá. Pero fueron dos años de adaptación, con muchas dificultades. Hoy, con toda la tecnología, es más fácil estar comunicado con Argentina; creo que eso es bastante más sencillo para los que migramos, comparado con hace unas décadas.

– ¿En algún momento te planteaste abandonar la música definitivamente?

– Como muchos en esta industria, creo que soy muy terco, y eso puede jugar a favor en esos casos. Sí, me planteé abandonar y me sentí un poco alejado durante ese par de años, donde hacía música solo de manera recreativa. Cuando vivía en Argentina, vivía de la música, daba clases de canto y música, y trabajaba en música para publicidad. Fue salir de una zona de confort para perseguir algo más. Creo que asumí la tarea de hacer otras cosas mientras tanto, sabiendo que de alguna manera iba a terminar volviendo a hacer música. Esa terquedad siempre estuvo.

– ¿Cuáles son tus metas a futuro?

– Siento que nuestra industria hace difícil pensar tanto a futuro, pero sí tengo claro que me encantaría contribuir cada vez más a la escena latinoamericana, hay muchísimo talento y trabajo por hacer. Por lo pronto hay dos artistas mexicanas y una argentina con las que estoy empezando proyectos nuevos y diferentes que me emocionan mucho. Hacer colaboraciones o feats entre artistas de los dos países es algo que me encantaría, porque ambos tienen un aporte cultural y musical enorme a la región. Y por qué no, en un futuro cercano, trabajar en la banda sonora de alguna peli o serie.

Foto: gentileza Santiago Sposto.

– ¿Cuál es tu opinión sobre el desarrollo de la industria musical en los últimos 5 años?

– La industria musical está en un gran momento, se democratizaron las oportunidades, algo que celebro. Creo que muchos de nosotros no hubiéramos tenido acceso a la industria de la música si hubiéramos intentado participar de ella hace unas décadas. Tal vez habría sido mucho más difícil. Sé que se tiende a romantizar mucho el pasado, y todo lo que hacemos viene de ahí, pero también creo que hay gente nueva con mucho talento, y que las nuevas generaciones necesitan tener sus propios referentes. Nunca en la historia de la humanidad hubo tanta música nueva saliendo todos los días. Creo que el desafío es encontrar uno mismo en ese océano quienes te representan.

– ¿Qué cambios creés que son necesarios en la industria de la música?

– Una de las cosas que me gustaría que se mejore a futuro es que se actualicen algunas cuestiones burocráticas relacionadas con la música, especialmente en lo que respecta a los cobros de regalías, y que la información sea más accesible para todos. Creo que eso haría una industria mucho más justa, y no que uno tenga que estar días buscando información. Hay cuestiones que sería genial que se actualicen en esta era digital, y además, que los compositores podamos cobrar mejor. Esto de que una canción le vaya increíble, pero los compositores apenas puedan sobrevivir de esas regalías, es una problemática a solucionar.

Creo que hay muchos cambios positivos. Hoy en día, con menos equipo, podés producir un disco con un amigo en una habitación y que el disco esté buenísimo, y hasta sea nominado a los Latin Grammys. ¡Eso puede pasar hoy y es increíble!

Por Flor Sosa

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