Mario Breuer: “Siempre mi disco favorito es el que estoy haciendo ahora”

En esta entrevista el ingeniero describe el trabajo de productores/as musicales, explica la economía de los/as artistas y señala las principales transformaciones de la industria de la música en los últimos años. Por Florencia Sosa

Mario Breuer

En esta nota recuperamos un fragmento de la entrevista a Mario Breuer, realizada para el podcast Diálogos con Productor@s Musicales. Mario es ingeniero de sonido y productor musical argentino.  

Breuer cuenta con más de 50 años de trayectoria y es considerado uno de los fundadores del rock nacional, ya que trabajó con sus principales referentes. Se trata de Sumo, Charly García, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Los Fabulosos Cadillacs, Los Ratones Paranoicos, Soda Stereo, Los Abuelos de la Nada, Fabiana Cantilo, Los Gardelitos, La Renga, Fito Paez, Mercedes Sosa, entre muchos otros proyectos musicales. 

En 2017 el ingeniero publicó su libro: “Rec & Roll. Una vida grabando el rock nacional”, donde recupera sus experiencias profesionales y enseña cómo hacer un disco. La publicación cuenta con el prólogo de su gran amigo, Andrés Calamaro, y da cuenta de cómo Breuer se fue adaptando a los cambios década a década: “siempre le hice caso al profesor Darwin, especie que no se adapta, especie que se extingue». 

– ¿En qué consiste el trabajo del productor musical? 

– Te voy a mencionar la primera filmina de mi curso de producción. Producir es hacer realidad una idea y nada más parecido a una idea que alguien tarareando, es lo mismo que para un arquitecto hacer un dibujo en una servilleta de un bar cuando el primo le dice: «che, me quiero construir una casa». Entonces, producir es convertir una idea, alguien tarareando aleatoriamente y decir: «okey, vamos a convertir esto en una canción», es pasar algo de la mera idea a la realidad absoluta que implica escuchar ese tarareo o una canción con parte A y B. Como productor siempre prefiero que cuando me muestren una canción, me muestren algo grabado con una guitarra y la voz con un teléfono celular y no me vengan con algo maqueteado en una computadora totalmente cuantizado y autotuneado, porque ahí no me doy cuenta. Mi trabajo como productor, en este camino de convertir una idea en una realidad es darle mi mirada, no existe «LA» mirada, existe la mirada de cada uno de los productores. No hay dos productores ni parecidos, ni similares, ni mucho menos en todo el mundo, cada uno tiene un método distinto. 

– ¿Qué tipos de productores existen?

– De las tipologías de productores yo soy un ingeniero productor. Está el productor-arreglador, está el productor-compositor, está el productor total, está el productor de compañía, está el productor que no sabe música y lo único que hace es hacer que las cosas funcionen. Hay gente que con un celular ya está produciendo, llama al ingeniero, contrata el estudio, sabe a qué estudio llamar, a qué arreglamos, tiene buena oreja, sabe elegir las canciones, pero no le pidas que haga un arreglo, ni que grabe ni que mezcle. Yo conocí productores de esos a los que le decía: «che, ¿te gusta como suena?» Y me decían: «no, Marito a mi no me preguntes eso, solo decime <<quedate tranquilo que para el miércoles está listo el disco>>, y lo que vos me muestres si te gustó a vos está todo bien».

– ¿Cuándo surgió la figura del productor musical?

– El productor-ingeniero es un productor que nace en la década del 80′. Cuando los artistas dejaron de grabar en los estudios de las discográficas para buscarse ingenieros, productores y estudios independientes, eso se convirtió en una modalidad, esto empezó a mediados de los 70′. La EMI tenía unos estudios increíbles, igual que la CBS, igual que RCA, pero de golpe y porrazo todos esos artistas estaban cansados de grabar su octavo disco otra vez con el mismo ingeniero, con el mismo micrófono, en el mismo lugar, siete discos con la voz sonando exactamente igual con el mismo efecto, con el mismo baterista, con el mismo arreglador. En algún momento dijeron: «quiero hacer un disco que suene distinto al resto de los discos de mi carrera». ¿Sabés lo que hacían los artistas importantes para cambiar el sonido de sus discos? Cambiaban de compañía discográfica, «me cansé de RCA, me voy con la CBS», «me cansé de CBS me voy porque en Warner tienen las nuevas tecnologías».

– Hablemos de la democratización de la música, tiene un punto que es positivo, porque da una apertura y posibilidades…

– Surgida en los años 2000, a partir de Spotify, parte de la democratización de la música es que todo el mundo, incluso no pagando pueden acceder a toda la música del mundo y que cualquiera pueda subir su música a un lugar donde también están Charly García, Bethoven, The Rolling Stone, Björk, el Chaqueño Palavecino. Sí, el mundo no tiene manera de descubrir la buena música, ¿por qué? Porque es una laguna tan llena de peces y está tan denso ese pozo de canciones. ¿Sabés cuántas canciones se suben por día a Spotify? 120 mil ¿En qué punto Spotify dice: «miren, de acá para acá están los que recién empiezan, los que suben los temas así nomás y después lo bajan, después lo suben», «acá están los de esta onda», «esto es lo que les gusta el rock sinfónico», eso ya no existe, es todo una gran bolsa. Entonces, a mi me parece bárbaro que cualquiera se pueda expresar pero se embarra mucho la cancha. ¿Para quién? Para los que queremos disfrutar de la buena música. Hoy se produce una música increíble, espectacular. Es una gran mezcla y no está catalogado. ¿Qué dice este viejo reaccionario? Extraño a las discográficas, ahora están volviendo pero son todas discográficas independientes que reman en un mar de dulce de leche. Tengo amigos con sellos discográficos que no saben cómo hacer, porque son chicos. Entonces, sigo extraño a la EMI, Capital Records, Warner Bros Production, yo los odiaba, trabajé para ellos y llegué a odiarlos, toda mi vida durante los 80′ y los 90′ siempre les decía a las compañías: «todo lo que quieras pero yo estoy del lado del artista y de la música, no estoy del lado ni de la compañía, ni del negocio. Hoy los extraño, porque me doy cuenta de lo mucho que hacían.

– Entonces, ¿de qué viven los artistas?

– Hoy los artistas se tienen que pagar todo, la grabación, el ingeniero, el productor, la sala de ensayo, la presentación, a cambio de monedas. Hoy para que un músico gane una cifra que le sirva, tiene que trabajar 15 horas por día. La democratización ha llevado a que el 0,01% de los artistas se esté quedando con el 99,9% de la plata, el otro  99,9% de los artistas se queda con el 0,01%. Si hablamos de desequilibrio económico, hoy la industria de la música sufre un desequilibrio horroroso, pero las reglas de juego son así. Lo que a mi me da mucha pena es esto de que los artistas que pican fuerte hoy son 100 con toda la rabia, en los 80′ y en los 90′ eran 2500 artistas que laburaban, ganaban bien y juntaban guita. En la mayoría de los países la pasan muy mal. El reparto de plata, ya SADAIC reparte el 1% de lo que repartía el siglo pasado, ellos pagaban para que los artistas y sus singles tengan muchas pasadas, entonces SADAIC, AADI, CAPIF, venía plata de todos lados. Se movía un montón de plata y hoy no, y tiene un poco que ver con esto.

– ¿Dónde creés que está el problema? 

– Hoy lo más grotesco de todo es la poca plata que ponen las plataformas de streaming que le dan a los músicos, es vergonzoso lo que cobran los músicos. Si no pegás groso y tenés no sé cuántos miles de escuchas por mes, estás trabajando gratis, estás pagando por hacer música. Entonces, ¿qué va a pasar?, en algún momento un juez de algún lugar va a decir: «escuchame, José Spotify a partir de ahora tenés que pagar 1000 por cien más de lo que estás pagando». ¿Y sabés que va a pasar con Spotify? Va a desaparecer. Te digo Spotify por decirte una, Apple Music no es mucho mejor. Tidal es buenísimo, desde todo punto de vista paga mucho más y se escucha mejor, pero ¿qué consume la gente? Spotify. Entonces, ¿de quién es la culpa? de la audiencia, de quienes deciden qué compran y cómo lo consumen. La música se consume con auriculares, vamos derecho a una humanidad con una merma y una pérdida en su capacidad de audición que ya la tenemos nosotros, mi generación ya tiene menos capacidad auditiva, la tuya ni que hablar y la que viene detrás ni te digo. Los seres humanos vamos camino a quedarnos sordos y tener tinnitus a partir de los 50 años. 

– ¿Cómo producís música? 

– Toda la vida estuve buscando, como decía Bugs Bunny, «¿qué hay de nuevo, viejo?» Porque me aburro rápido, porque no soy bueno para concentrarme y eso hace que quiera todo el tiempo cambiar, soy ansioso, no me gusta quedarme todo el tiempo con el mismo artista, con la misma música, con el mismo estilo. Utilizo el mismo método de trabajo porque no paro de laburar y veo que la gente tiene una necesidad de ese método, uso la tecnología actual para poder seguir trabajando como lo hacía antes. ¿Hoy cómo se hace un disco? Arman un beat, sobre el beat ponen un tecladito, una línea de bajo y voces, listo, ya estamos. Yo no, ¿sabés como hago para hacer un disco? Hablo con la banda, si ellos quieren hacer un disco con 10 temas les pido 20 temas, los ayudo a elegir, trabajamos 8, 10, 12 meses de preproducción hasta que la banda suena espectacular, me meto al estudio y grabo con todos juntos. El 85% de los instrumentos de un disco lo grabo en una sesión, y me meto en un estudio que tenga tecnología analógica, y no espero a la mezcla para definir, defino el sonido desde el primer día. 

– ¿Cuál es tu disco favorito? 

– Siempre mi disco favorito es el que estoy haciendo ahora. Estoy produciendo un disco de un chico cordobés que hace música soul, con una productora compañera, cuando produzco un disco siempre me pongo un músico porque yo soy malísimo tocando. Tengo bajo, tengo teclado, fui al conservatorio a estudiar música y no aprendí, por eso siempre tengo add letters que son muy buenos. Mi disco favorito es el de Juan Roque, el mes que viene cuando esté haciendo el próximo disco te diré que mi disco favorito es el de Marian Pelegrino que es el que estoy haciendo, también es mi favorito el de Clara Cantore que todavía no terminé de mezclar. Lo que estoy haciendo ahora, el aquí y el ahora es mi momento favorito siempre. 

Por Flor Sosa

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